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Sabermetría y la redefinición de roles dentro de las Grandes Ligas

Updated: Dec 30, 2020

Por Ruben Ugueto.


La recién finalizada Serie Mundial de 2020, entre Los Rays de Tampa Bay y Los Dodgers de los Ángeles, además de las ya conocidas condiciones atípicas en las cuales se desarrolló producto de la pandemia por el COVID - 19, sirvió de escenario para intensificar el debate que viene dándose entre dos visiones estratégicas para dirigir un equipo en el béisbol de las Grandes Ligas.


Blake Snell, en el sexto juego de la Serie Mundial, era protagonista de una de las exhibiciones de picheo más destacadas de toda la postemporada, acumulando nueve abanicados en cinco innings y un tercio, apenas tolerando dos hit y ninguna carrera permitida durante este tránsito. Sin embargo, el ganador del premio Cy Young del año 2018 en la Liga Americana, a pesar del imponente dominio y la seguridad que manifestaba corporal y verbalmente a su manager de poder continuar, Kevin Cash, apegado a los principios de la sabermetría, decide cambiarlo, tomando como base para tal decisión, datos estadísticos que señalan una caída significativa de su rendimiento a partir del quinto inning. El resultado en esta oportunidad no fue el esperado por el dirigente que llevó hasta el sexto juego de la Serie Mundial a uno de los equipos con la nómina más baja de la Liga Americana, e inmediatamente a la salida de Snell, Los Dodgers dan un vuelco al escore, manteniéndose adelante en la pizarra hasta obtener el campeonato de la Serie Mundial después de 32 años de espera.


Es indudable que la toma de decisiones en cualquier tipo de organización requiere de la mayor cantidad de información disponible para tal fin, en este sentido, el béisbol profesional en general y sobre todo el de las Grandes Ligas nunca ha sido la excepción, sólo que con el desarrollo de las nuevas tecnologías, el perfeccionamiento de los parámetros de scouteos y una mayor participación de las ciencias aplicadas dentro de la disciplina, colocan como nunca antes a la disposición de gerentes y managers, una enorme cantidad de información estadística que dentro del béisbol actual ha venido dando espacio a un nuevo modelo de dirigir, que fundamenta exclusivamente sus decisiones al análisis de un conjunto de datos estadísticos; esto es lo que hoy se conoce con el nombre de sabermetría. Esta realidad, sin duda hace obligatorio un repensar en la dinámica del juego; la redefinición de roles, principalmente de managers y peloteros, y en los aspectos relacionados a la preparación física y mental de éstos últimos, quienes serán los afectados directos en términos del desarrollo de sus carreras y en la estimación de sus desempeños dentro del terreno de cara a futuras contrataciones.


Primeramente, nuestra intención no es emitir juicio de valor con respecto a la sabermetría, y menos hacia quienes la han asumido como una nueva doctrina para dirigir el béisbol. Ahora, lo que sí deben considerar quienes pretenden fijar posición al respecto, es que no se trata sólo de un debate que involucra un estilo de manejo deportivo, del cual algunos pudieran estar o no de acuerdo, argumentando quienes lo adversan, que esta nueva forma de dirigir suprime aspectos esenciales del juego y resta la vistosidad que emana de la forma tradicional de managear de la “vieja escuela”.


Toda discusión y posterior valoración con respecto a la sabermetría, debe pasar primero por la comprensión de ésta, entendiéndola como una metodología que prioriza la optimización de los recursos disponibles en un roster bajo un enfoque estrictamente cuantitativo. Cabría entonces decir, que se trata de un proceso de administración científica de los recursos disponibles dentro de una empresa que apunta a su sostenibilidad. Para ello, se fundamenta en el uso de una línea base estadística que proyecta la ocurrencia de un conjunto de eventos que deberían materializarse en el mayor número de victorias posibles. Quienes aplican con rigurosidad este nuevo enfoque dejan a un lado el análisis del contexto del juego, los aspectos actitudinales y potenciales de los peloteros, limitando casi en su totalidad, por ejemplo, a que un lanzador alcance un juego completo, o la puesta en práctica de jugadas cada vez menos vistas como la de bateo y corrido y el toque de sacrificio.


En términos concretos, nos encontramos frente a una nueva evidencia de las múltiples expresiones motivadas por razones meramente crematísticas presentes dentro de la industria del espectáculo deportivo, donde organizaciones del béisbol profesional norteamericano apelan a este enfoque fundamentado en la rigurosidad estadística, procurando la mayor competitividad al menor costo posible, trayendo consigo mayores posibilidades de ser competitivas a organizaciones de bajo presupuesto. En este sentido, hay un conjunto de elementos que se derivan de este nuevo enfoque, que encara un cambio radical en la dinámica de conducción del juego. Estos elementos, trascienden las situaciones polémicas cada vez más evidentes en las cuales se confrontan opiniones acerca de resultados y decisiones tomadas por managers y gerentes, ya que irán afectando directamente la comprensión y valoración por parte de la fanaticada de la lógica del juego y de los actores involucrados. A ello se le suma, un repensar en la forma de prepararse física y sobre todo mentalmente por parte de los peloteros, quienes verán exigida su estabilidad psicológica de manera significativa, al ser sometidos a cambios radicales en la asignación de roles producto de transferencias entre organizaciones con enfoques diferentes. Surgirán así, importantes variantes que tendrán un peso específico en el desarrollo de sus carreras, ya que esta forma de dirigir, circunscribe en muchos casos la participación del pelotero a etapas específicas del juego, y por ende, dificultando sobre todo el desarrollo integral de los nuevos talentos.

Lo señalado deja ver, que un escenario que pudiera ser provechoso para determinadas organizaciones, no necesariamente significa mejores posibilidades para un número considerables de peloteros de desarrollar todas sus potencialidades. Sumemos a ello, que esta realidad hace cada vez más cuesta arriba el desarrollo de peloteros franquicia, que en su momento conformaron generaciones dentro del béisbol y lograron posicionarse simbólicamente por años dentro de sus fanaticadas, brindándoles a éstas una identidad propia del equipo que los diferenciaba de los demás.


Sin lugar a duda, no son pocos los elementos a considerar por parte de las organizaciones cuando apuestan al apego metodológico de la sabermetría como estrategia para la obtención de victorias dentro del béisbol de las Grandes Ligas; y no menos complejo será, para quienes se vean en la necesidad de tener que dar el tránsito de la forma tradicional (vieja escuela) de ser dirigidos, a estar regidos bajo los principios de este nuevo paradigma. En este contexto, el desafío planteado a quienes abordan el tema en cuestión, es el de trascender la discusión estrictamente de forma, muchas veces limitadas a aspectos estéticos del juego, y profundizar en los elementos esenciales involucrados en su implantación en las organizaciones que conforman la MLB, y especialmente en las relaciones y valoraciones que se vinculan con los diferentes actores que soportan financiera y simbólicamente el espectáculo.


Por:

Soc. Rubén Ugueto


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